La grandeza del cultivo de cannabis, en todas sus variedades, está en el hecho de que es uno de los cultivos más sostenibles de entre las prácticas agrícolas conocidas, si no el que más, y es un potente purificador y regenerador tanto del aire como de la tierra. Si no queremos colapsar el planeta, no debemos perder de vista este hecho.
El cáñamo resulta muy beneficioso para el medio ambiente, se puede plantar en tierras muy pobres en nutrientes, no necesita ser tratado con pesticidas ni ser abonado, puede vivir con pocas cantidades de agua, se adapta a todos los tipos de clima y mejora físicamente las condiciones de la tierra sin empobrecer su fertilidad. También tiene la capacidad de frenar el desarrollo de las malas hierbas.
RDC apuesta por esta sostenibilidad como forma de garantizar el equilibrio entre crecimiento económico, cuidado del medio ambiente y bienestar de la sociedad a través de cubrir las necesidades actuales sin comprometer la capacidad de las próximas generaciones de poder satisfacer sus necesidades. Creemos que hay que dar al cáñamo el protagonismo que le corresponde como recurso de alto potencial en la economía sostenible.